
ARRULLO DEL BOSQUE
Cianotipo intervenido con bordado a mano (2024)
Arrullo del Bosque comienza como una búsqueda de imágenes del archivo propio del artista: fotografías tomadas años atrás en bosques bolivianos, territorios que hoy enfrentan la amenaza constante del fuego y el olvido. En esas capturas de luz y tiempo, ahora impresas en cianotipo, reside la memoria de lugares que se niegan a desaparecer, aunque los incendios consuman sus formas visibles.
El bordado sashiko, tradicionalmente utilizado para reparar tejidos, aquí se despliega como un acto de reparación simbólica. Cada puntada, trazada sobre el azul profundo de estas impresiones, es un rastro de cuidado, una oración tejida con hilos que conectan el tiempo y la memoria. En muchas piezas, el bordado cubre casi por completo la imagen original, ocultando detalles y volviéndola más difícil de leer. Este gesto deliberado subraya que el bordado no es ornamento, sino una acción meditativa que pone en primer plano el acto de reparación y plegaria, dejando que la imagen emerja, más que como representación, como una presencia simbólica.
El proceso, al igual que la obra, está tejido de tensiones: entre lo visible y lo oculto, lo que arde y lo que resiste. En el reverso de cada pieza, el papel perforado y el hilo blanco forman un silencio que nos habla del peso del gesto reparador, de la trascendencia de insistir incluso frente a lo irreversible.
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