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Juego de memoria (Instalación. Fotografía 2018).

Desde antes de cumplir un año, mi hija Julia vive en otra ciudad, a 400 kilómetros de distancia.

Hasta el día de hoy, mi temor mayor ha sido que Julia se olvide de su padre, debido a la distancia, y mi aparente ausencia cotidiana. Pero durante todo este tiempo, he visitado incesantemente a Julia y documentado en imagen las visitas que le hago en la ciudad de Cochabamba. Con ella, vamos siempre a los mismos parques, a los mismos jardines. Un ritual de repetición, pero también un ritual de reinvención.

Juego de memoria es producto de casi seis años de intentar mantenerme en sus recuerdos. El juego es un portal para seguir en contacto con ella, a pesar de la distancia. Una constante estrategia de reencuentro.

 

La pieza consta, por ahora, de 90 fotografías 10x10cm, dispuestas como mosaico, cada una cubierta por otra imagen, montadas en una instalación de 5m de alto x 1m de ancho. La intención no es sólo mostrar imágenes, sino mover al espectador a la acción, a develar una por una las fotografías que se encuentran cubiertas. A estimular la curiosidad y el diálogo íntimo con sus propios recuerdos.

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